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Introducción al gato burmés
El gato burmés es una raza que ha cautivado a los amantes de los felinos por su apariencia elegante y su personalidad encantadora. Conocido por su pelaje sedoso y su naturaleza afectuosa, el burmés es una excelente opción para aquellos que buscan un compañero leal y cariñoso. Existen 2 variedades de burmés: el burmés americano y el burmés inglés. Se diferencian principalmente por su físico. El burmés americano tiene la cabeza más redondeada que el burmés inglés. También son más robustos, sólidos e imponentes que sus homólogos británicos. Sus caracteres son idénticos, al igual que su salud de hierro. Sólo necesitan ser cepillados una vez a la semana, y su presencia amistosa es muy apreciada por sus familias.
Historia de la raza burmés
La historia del gato burmés se remonta a Birmania (actual Myanmar), donde se cree que estos gatos eran considerados sagrados y vivían en templos. La leyenda cuenta que un gato burmés, llamado Sinh, protegió a un sacerdote de un ataque y, al morir el sacerdote, Sinh se quedó junto a él durante siete días, cambiando el color de su pelaje de blanco a marrón dorado.
El burmés proviene del sudeste de Asia, específicamente de Tailandia, y su historia se extiende hasta varios siglos antes de la era común. En el periodo Ayudhya, se mencionó un gato de tonalidad cobriza, lo que sorprendentemente coincide con la apariencia del burmés cuando se presentó en 1930.
El burmés inicial surgió de la unión entre un gato llamado Wong Mau, un siamés oscuro traído a Estados Unidos por el Dr. Thomson, y otro siamés. Un cruce posterior resultó en un felino de un marrón más intenso, al que se le dio el nombre de burmés. Es esencial no confundir esta raza con el Sagrado burmés.
Con el tiempo, se ha notado una distinción entre el burmés de América y el de Inglaterra. Este último ha experimentado cambios debido a investigaciones de científicos británicos, quienes han introducido una diversidad de colores aceptados por el estándar de la raza. En Inglaterra, específicamente al otro lado del Canal de la Mancha, el burmés es una raza de gato muy apreciada.
Características físicas del burmés
El burmés es un gato de tamaño mediano, con un cuerpo compacto y musculoso. Su cabeza es redonda, con orejas de tamaño medio y ojos grandes y redondos que varían desde el amarillo al verde, dependiendo del color del pelaje. El pelaje del burmés es corto, fino y muy brillante. Aunque el color más tradicional es el sable (marrón oscuro), también se pueden encontrar en colores como champagne, azul y platino.
Cuerpo: A diferencia del burmés americano, el burmés inglés es más esbelto y no tan robusto. Aunque ambos poseen una estructura ósea decente, la del burmés americano es más firme. Son gatos medianos y musculosos. Presentan un pecho amplio y sus patas traseras sobresalen más que las delanteras. El burmés americano se distingue por tener hombros y caderas redondos.
Pelaje: Tanto el burmés americano como el inglés lucen un manto corto, lustroso y adherido al cuerpo. Casi no tienen subpelo.
Color: El estándar de color para el burmés es riguroso. El tono original es el sepia real o sable, que es un avellana oscuro que puede variar hasta un marrón cálido. Las áreas del cuello y el abdomen son un poco más claras. Además del sable, se aceptan tonos azul, chocolate y lila. En el burmés inglés, también se permiten los colores rojo y carey.
Cabeza: La del burmés americano es notablemente redonda, con pómulos prominentes y sin áreas planas. Su frente es curva y tiene un stop marcado, mientras que su hocico es corto. Por otro lado, el burmés inglés tiene una cabeza más triangular, aunque sus pómulos son igualmente altos y definidos. En otros aspectos, el burmés inglés tiene similitudes con su par americano.
Ojos: Son grandes, distantes entre sí y de color amarillo. Los colores verde y azul no cumplen con el estándar. La parte superior del ojo es inclinada y la inferior es curva.
Orejas: Las del burmés son medianas, con un ligero redondeo y una inclinación hacia el frente.
Cola: Es de longitud media y termina en una punta redonda.
Carácter y comportamiento
El burmés es conocido por su naturaleza afectuosa y juguetona. Son gatos extremadamente sociales que disfrutan de la compañía de humanos y otros animales. No es raro que un burmés siga a su dueño por toda la casa, buscando atención y cariño.
Además, son gatos muy vocales. No es raro escuchar a un burmés «conversar» con su dueño, utilizando una variedad de maullidos y ronroneos. También son conocidos por ser muy juguetones, incluso en la edad adulta.
El burmés inglés es ideal para un entorno familiar, ya que disfruta de la compañía de su propietario y de los miembros de su hogar. La soledad o las largas ausencias no son de su agrado, por lo que anhela la compañía humana o de otro gato. Anhela ser reconocido y valorado. Es un felino inquisitivo y sumamente inteligente, lo que facilita su docilidad y adiestramiento.
Aunque puede ser juguetón y un poco travieso, tiene una naturaleza sensible. Es un gato sociable que no teme interactuar con otros gatos o diferentes animales. Lo que más desean es atención, cuidados y tiempo de juego. El burmés americano comparte estas mismas características. Ambas versiones se llevan maravillosamente bien con los niños.
Condiciones de vida
Aunque el burmés es adaptable a la vida en apartamentos, es esencial proporcionarle suficiente estimulación mental y física. Juguetes, rascadores y tiempo de juego diario son esenciales para su bienestar. Dada su naturaleza social, es ideal que no se deje solo por largos períodos.. No obstante, su naturaleza curiosa y enérgica puede impulsarle a explorar el exterior. Por ello, si tiene la oportunidad de vivir en una casa con jardín, será ideal para él. Son aficionados a las aventuras y a la caza, y no es raro que lleven sus capturas de regreso a su propietario. Es importante que el dueño establezca límites y le brinde todo el cariño que requiere; de no ser así, el burmés podría manifestar su descontento. A estos gatos les fascina escalar, por lo que contar con accesorios adecuados es crucial para su bienestar y felicidad.
Salud
El burmés americano y el burmés inglés no presentan enfermedades genéticas. Son una raza fuerte y saludable. A pesar de ello, es esencial vacunarlos contra enfermedades comunes en felinos como la rabia, el tifus, la leucosis y la coriza. Aunque el burmés es generalmente una raza saludable, hay algunas condiciones genéticas a las que pueden ser propensos. Estas incluyen la hipokalemia (bajos niveles de potasio en la sangre) y la enfermedad de la encía. Es esencial llevar al burmés a chequeos veterinarios regulares y estar atento a cualquier signo de enfermedad.
A pesar de su robustez, algunos gatos burméss pueden padecer las siguientes afecciones:
- Hipopotasemia: una carencia de potasio que resulta en debilidad muscular y dolor.
- Diabetes mellitus.
- Gingivitis.
- Fibroelastosis endocárdica: causa un engrosamiento en la pared del ventrículo izquierdo en los gatitos.
- Cardiomiopatía hipertrófica felina: se caracteriza por un engrosamiento atípico de las paredes cardíacas.
- Síndrome vestibular congénito: afecta al oído interno causando problemas de equilibrio.
- Síndrome de dolor orofacial: genera dolor en la cara, llevando al gato a lamer o masticar en exceso.
¿Es una raza hipoalergénica? No.
Esperanza de vida
La esperanza de vida de un burmés oscila entre 12 y 16 años.
Cuidados e higiene
El cuidado del burmés es sencillo y se centra en atenciones básicas. Es recomendable cepillar al burmés semanalmente para prevenir la acumulación de bolas de pelo, las cuales pueden afectar su salud y sistema digestivo. Aunque no pierde mucho pelo, un cepillo suave ayudará a mantener su pelaje en óptimas condiciones, suave y brillante. Es importante revisar y limpiar sus orejas con regularidad. Además, es esencial mantener una rutina de higiene dental para evitar problemas como la gingivitis.
Alimentación
El burmés tiene un apetito voraz y se satisface plenamente con alimentos industriales, ya sean croquetas o paté de primera calidad. Para prevenir el exceso de peso, es esencial controlar las porciones que se le dan diariamente y proporcionarle sus comidas en horarios establecidos. Además, siempre debe contar con acceso a agua fresca.