Durante milenios, los gatos han sido compañeros domésticos del ser humano. Antiguamente, estos felinos eran valorados por su habilidad para mantener alejadas las plagas del hogar. Sin embargo, con el paso del tiempo, el gato ha evolucionado de ser un cazador de plagas a convertirse en un tierno compañero de hogar. Actualmente, muchos gatos llevan una vida más resguardada, habitando en viviendas o apartamentos sin posibilidad de salir al exterior.
Esta transformación en su modo de vida conlleva, sin duda, una adaptación en sus necesidades, incluyendo su alimentación. Entonces, ¿qué requieren los gatos que viven dentro de las casas? Es lo que procuraremos descifrar.
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¿Un gato de interior?
Por diversas razones, ya sea para su seguridad o debido al estilo de vida de sus dueños, muchos gatos permanecen en el interior de las viviendas. Solo unos cuantos tienen la suerte de disfrutar del aire libre durante los fines de semana o en periodos vacacionales. Cuando se encuentran al aire libre, los gatos pueden desplazarse por distancias considerables y tienen un territorio extenso para explorar. Esto es particularmente cierto para los gatos no esterilizados. Por otro lado, los gatos esterilizados tienden a ser más caseros y no se alejan demasiado de su entorno seguro.
Un felino esterilizado que vive dentro del hogar dedica menos tiempo a deambular, no tiene que cazar presas como ratones o pájaros, no entra en conflictos con otros gatos ni busca pareja. Así que, naturalmente, su demanda energética es menor.
Sin embargo, los gatos que viven en espacios cerrados tienden a dedicar más tiempo al aseo personal. Dado que son menos activos, su sistema digestivo funciona con más lentitud, y pueden tener problemas para controlar su apetito, lo que puede llevar a problemas de sobrepeso.
¿Cómo debo alimentar a un gato de interior?
¿Qué tipo de alimento es mejor para su gato, seco o húmedo? Si su felino está en buen estado de salud, la respuesta podría no ser definitiva. Actualmente, la tendencia es la bionutrición: combinar croquetas con paté o comidas húmedas frescas. Lo esencial es seleccionar comida de alta calidad, la cual se puede adquirir en clínicas veterinarias o tiendas especializadas. Los productos de marca disponibles en estos lugares están hechos con ingredientes de primer nivel (lo que puede aumentar su precio) para satisfacer las necesidades específicas de tu gato.
La comida diseñada para gatos que viven en interiores posee características especiales:
- Alto contenido de proteínas: Como carnívoros, los felinos requieren de proteínas animales en su dieta.
- Bajo contenido graso: Esto ayuda a evitar el sobrepeso.
- Balance adecuado de minerales: Los gatos son propensos a problemas en el sistema urinario, incluyendo la urolitiasis. Es crucial monitorear la cantidad de minerales que ingieren y alentarlos a mantenerse activos.
- Contiene ingredientes que ayudan a manejar la formación de bolas de pelo, como el psilio y la fibra de remolacha.
¿Qué cantidad debo dar a mi gato?
El comportamiento habitual de su gato es acercarse al comedero y consumir pequeñas porciones con frecuencia a lo largo del día, llegando a hacerlo hasta 20 veces. No obstante, estar en el interior puede alterar este hábito, llevando a su felino a consumir todo su alimento de una vez. El peligro aquí es que pueda sentir hambre más tarde, aburrirse y manifestar problemas de comportamiento como agresión.
Para determinar cuánto alimento debe ofrecerle diariamente, es útil seguir las recomendaciones de cantidad proporcionadas por los productores del alimento. En relación a cuántas veces al día alimentarlo, si su gato no se autorregula, puede optar por darle comida en varias ocasiones -2 o 3 veces al día- o utilizar un dispensador automático de alimento.
Es probable que un gato que vive en interiores requiera más atención que uno que tiene acceso al exterior. Deberá monitorear su alimentación y asegurarse de que se mantenga activo. Si su gato ha sido esterilizado, estas consideraciones son aún más relevantes, ya que la esterilización disminuye sus necesidades energéticas en aproximadamente un 20% en comparación con un gato que no ha sido esterilizado.